martes, 19 de agosto de 2008

Vida después de la vida



A finales del siglo pasado, el controvertido debate de si hay vida después de la muerte recobró su máximo esplendor cuando el doctor Raymond Moody publicó su libro “Vida después de la Vida”. Este psiquiatra y profesor de filosofía americano es considerado una eminencia mundial en la investigación sobre las experiencias cercanas a la muerte. Su libro vendió más de trece millones de ejemplares, siendo para unos, la puerta a la esperanza y para otros, algo polémico y difícil de demostrar.

El denominador común de sus investigaciones está en el hecho de la condición humana, que es la de morir. Sin embargo, es bastante natural que la gente quiera saber qué les va a suceder a sus seres queridos cuando fallecen; esa necesidad imperiosa de querer saber a dónde van, queriendo dar una explicación racional al destino humano. ¿Para qué venimos? ¿Por qué tanto sufrimiento a lo largo de una vida?. Todas las filosofías razonan sobre el concepto mente-cuerpo. También las religiones basan sus conceptos en el raciocinio de darle un matiz más espiritual. Como conclusión está, que de alguna manera, todos terminan por querer dar un sentido a la existencia.

Hará más de diez años que adquirí el mencionado libro. Era una época de mi vida, en la que siendo joven, me tocó vivir momentos muy duros y en una inconmesurable búsqueda en dar sentido a todo lo que me estaba sucediendo, me aferré a la lectura de toda clase de libros filosóficos y existenciales. La verdad es que como escéptica en algunos matices, pero creyente en otros, terminé por convencerme de que podría ser posible. Toda persona que haya sido educada en algún tipo de religión, en mi caso, la Católica Apostólica Romana, como era la costumbre en la época, donde a las niñas se nos destinaba la educación en colegio de monjas. Siempre se nos decía y se corroboraba con la lectura de la Biblia, con la existencia de un alma.

Pero dejando el romanticismo aparte, bien es sabido, que los científicos llevan años tratando de indagar en un tema tan difícil de demostrar como interesante. Unos, han desarrollado algunas conclusiones como la de explicar que dentro de nuestro cerebro hay un mecanismo, que bien, debido a los efectos de las anestesias o sedantes a las que los enfermos son sometidos en los momentos en que fueron dados clínicamente por muertos. hace que una serie de sustancias cerebrales se pongan alerta. Pero, en algunos casos, hubo personas a las que no se les suministró ningún tipo de fármaco y también tuvieron las llamadas “experiencias cercanas a la muerte”.

Las experiencias cercanas a la muerte, o como se les quiera llamar, son experiencias que personas que fueron dadas como muertas durante unos minutos, se vieron inmersas en un panorama tridimensional. Muchos de ellos, relatan, que se vieron a sí mismos en el hospital, pudiendo ver y escuchar todo lo que hacían y decían los que allí estaban, incluso certificando su muerte. Posteriormente, la secuencia de su vida se iba sucediendo de una forma espontánea y finalmente se encontraban en un túnel luminoso, donde allí, a lo largo del camino les aguardaban los seres queridos que ya habían fallecido con anterioridad. Todos los que experimentaron aquello se transformaron como personas. Empiezan a ver la vida desde otra perspectiva. Relatan que tanto materialismo es innecesario y que lo más importante es aprender a amarnos los unos a los otros. No se convierten en unos santos ni mucho menos, porque es difícil vivir sin enfadarse o decir cosas que no deberías, pero sí hay una conciencia renovada.

El propio Raymond Moody, aún siendo testigo de muchos experimentos y vivencias acaecidas, es prudente en afirmar rotundamente sobre la existencia de tales fenómenos, pero sí afirma, que no es todo producto de la corteza cerebral, como en algunas otras investigaciones se ha concluido, sino que existe algo más fuera de la consciencia y que hay mucho que estudiar al respecto.Lo que sí es cierto, que según éste psiquiatra, nada tiene de comparación las personas que vivieron este tipo de hechos, con las que presentan algún trastorno psíquico, siendo víctimas de delirios o alucinaciones.

Sería fascinante que dentro de unos años, se pudiese llegar a una conclusión más exacta. Si realmente existe algo más allá de la muerte, no seríamos más que viajeros de paso y si no existe nada, tendríamos que resignarnos a que sólo somos seres biológicos que terminan su existencia cuando nuestro cerebro deja de funcionar.

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