miércoles, 30 de noviembre de 2011

EL ARBOL DE LA VIDA


EL ARBOL DE LA VIDA

Si el amor de Dios es argumento,
que se esparzan mis cenizas
sobre los campos y en los altos riscos
se oiga la canción de una poeta
que dejó marchar sus heridas profundas
por el ancho mundo para cerrar
esas cicatrices de la nostalgia.
Que se abran de par en par las puertas
y se esfumen los despojos de mi alma
y el triste canto del ruiseñor
confunda el sonido del viento
contrastado en el mar intenso
porque se cayeron todas las hojas
del árbol de la vida.

Mi reflejo quedará por siempre
sobre las aguas del océano,
océano del amor, que inventó
un día las semillas de la esperanza.
El árbol desnudo perdurará
por los siglos, velará el paso
de las generaciones venideras,
y será testigo de la vida que prosigue
su camino hacia el infinito.
Elena Sánchez